En nuestra vida cotidiana solemos repetir algunas acciones de manera sistemática hasta convertirlo en costumbre. Eso es precisamente lo que a un servidor y a otros tantos aerotrastornados nos ocurre una vez al año con motivo de la festividad del Día de la Hispanidad. Sabemos que a parte de ser un día festivo, vamos a tener la oportunidad una vez mas de acercarnos al rugido de los motores y al olor a queroseno.
Para mi, que vivo a ciento y pico kilómetros de Madrid, la jornada comienza muy muy temprano. La noche antes me gusta dejar prearada la mochila y las baterias tanto del scanner como de la cámara bien cargadas pues tendrán bastante trabajo el día siguiente.
Este año he tenido la gran suerte de verme acompañado por mis dos sobrinos, Daniel y yÁngel, a los que he hecho pegarse el madrugón. Habíamos quedado a las 7.00 am y creo que después de haber visto todos los pájaros voladores, a ninguno de los dos les pesa haberse levantado aún de noche. La primera parada siempre se realiza en Parla. Allí me encuentro con José Miguel y su padre que este año se apunta a ver el espectáculo aéreo, aunque me confiesa que eso de volar le da bastante miedo.
Después del desayuno de rigor para afrontar la larga jornada, y tas recoger en Getafe a Miguel Mozo, aerotrastornado donde los haya, emprendemos la marcha a las proximidades del aeropuerto de Torrejón. Que no crea el lector que es tarea fácil llegar allí, pues debes atravesar un camino que aunque este año hemos tenido suerte pues no ha llovido aún, otros años parece una verdadera prueba de supervivencia. ¿ Y porqué vamos a las inmediaciones y las pasamos canutas para llegar, estando tocando el recinto del aeropuerto? Pues muy sencillo, entrar dentro de la Base es más dificil que acertar una primitiva. Cada año lo intento, y ya casi soy amigo del señor que coge el teléfono en el departamento de prensa del Ministerio de Defensa, pero nada, no consigo convencerlo para que me acredite.
Antes de que nadie me tache de tarado, debo decir que no vamos a ver el desfile propiamente dicho desde el Paseo de la Castellana, sino que directamente, nos emplazamos en Torrejón para contemplar los despegues de los participantes en el mismo, ya que allí se citan la gran mayoría de los reactores que sobrevolarán la capital. En concreto suelen salir de allí los F-18, los F-5, los Harrier, una dotación de Canadairs, los Eurofighters y el emblemático B-707 del ejército del Aire.
El espectáculo siempre comienza con la puesta en escena del B-707 y realmente es impresionante verlo despegar.
Posteriormente comienzan a desfilar los cazas, que poco a poco van alinéandose con el punto de espera de la 05. Este es el espectáculo. No tengan en cuenta la calidad de las fotos, pues soy bastante malo, pero creo que son suficiente como para hacerse una idea de lo que vimos los aerotrastornados de Torrejón.
Como los despegues pasan rapidísimo y lo que queremos es tener una jornada aerotrastornada al completo, cuando cesan los movimientos en Torrejón, nos acercamos a las proximidades de Barajas, para tomar alguna foto de los aviones comerciales.
Antes de abandonar las inmediaciones del aeropuerto y ya que estábamos en los coches, pudimos contemplar el aterrizaje de este precioso jet.
Este año hemos cambiado de sitio y nos hemos dirijido a un punto cercano a la cabecera de la 33L en Barajas, desde donde pudimos avistar los siguientes aparatos:
Aunque no se aprecia muy bien, por la posición en la que estábamos, este es un A320 de Air France pintado con los colores retro de la compañía.
También desde la lejanía fuimos testigos de la pasada de la Patrulla Águila por el Paseo de la Castellana.
Normalmente la ubicación que tomamos otros años es esta, desde la cabecera de la 36R, justo en el otro extremo del aeropuerto, donde se pueden ver los despegues de los A340 de Iberia, que a esa hora emprenden la marcha hacia América.
Espero poder convencer al señor del Ministerio de Defensa y así poder ofreceros el año que viene las fotos desde el otro lado del muro del recinto aeroportuario.
